por CLAUDIO MADAIRES
claudio.madaires@gmail.com
Hay personas que estudian para convertirse en seductores.
Otras, «nacen» con el don de seducir.
Quienes «nacen» con este don, desde la infancia logran sus objetivos con total naturalidad. A medida que pasan los años y entran en la adultez, dominan el arte de seducir de una manera magistral, tanto para bien como para mal de los seducidos.
La seducción natural va más allá de lo físico. Puede que sea una persona poco agraciada de cuerpo y rostro el seductor natural; sin embargo, alimentará un aura de seducción simplemente con ser tal cual «ha nacido».
© 2012 CAGB "Claudio Madaires". De su ibro Amar y seducir las cuatro estaciones
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